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(Luis Gallegos
Arreola)
CORRIENTE
LIT.: Realismo Urbano
MICROBIOGRAFIA.- Nació en Ilave en 1923 y en la actualidad
vive.
OBRAS:
EN PROSA
GENERO NARRATIVO
CUENTOS
- "Cuentos
de qoñi Kúcho"(Tacna, 1986) 2 tomos
- "Las
voces del viento (Lima, 1992)
- "Barlovento
(Lima, 1993)
OTROS:
- "Las minas del diablo"(Puno, 1996)
- "Biografía de Julian
Palacios y Manuel Z. Camacho".
- "La
escuela de utawilaya"
EL DIABLO
Eran los días de la fiesta de la Patrona de la
Ciudad, en que llegué a esta hermosa ciudad. La novedad y la gran afluencia de
visitantes llenó las calles y las plazas. Y la música de las bandas de guerra,
con sus estridencias colmaba todo. La gente caminaba distraída o se detenía en
las plazas a mirar a los miles de danzarines. Para mi era fácil ejecutar mi
trabajo de apropiarme de lo ajeno. Esa tarde, el sol intenso reía en el hondo
cielo y el calor sofocaba envolviendo a todos con su manto de sopor, es cuando
aproveché para sustraer fácilmente la cartera de una distraída y elegante dama,
que muy embelesada contemplaba la danza alocada de los diablos. Y sin que nadie
advirtiera, ni sospechara mi sana intención, muy disimuladamente me sumergí en
medio del gentío y me aproxime a la distraída dama. Ella tenía una cartera de
color marrón que le colgaba del hombro izquierdo. Disimuladamente saqué del
bolsillo de mi casaca la pequeña y filuda tijera con la que corté la correa, y
la cartera muy suave cayó a mis manos.
Luego con el botín me escabullí para salir fuera de
la plaza y en cualquier calle desierta abrirla y apoderarme del dinero y de
algunas pertenencias de valor y luego botar la cartera y asunto concluido, con
lo que terminaría mi penosa jornada. Pero, a veces la suerte es adversa, cuando
uno está piña. En el momento que me alejé y dí varios pasos en dirección a una
calle, sentí que unos pasos me seguían y es cuando empecé a correr. Los pasos
también corrían tras de mí. Con este peligro encima acudí a Dios que siempre me
ha salvado de cualquier percance y a toda velocidad ingresé a la catedral que
estaba abierta a esa hora, poco más o menos las cuatro de la tarde. Tranquilo
caminé por el sagrado recinto, porque los pasos que me seguían se habían
quedado en la puerta. Estaba en la casa de Dios y pensé en el diablo, en los
diablos que bailan en las calles. Ingresé a la sacristía, donde el señor cura
conversaba con dos personas. Puse cara de loco y le dije: "padre, padre,
el diablo me persigue, vengo huyendo de él, por favor déjeme salir por la puerta
que da a la calle Deústua. El buen sacerdote me miró y presto abrió la puerta y
me dijo. "escapa por acá hijo, antes que el diablo te agarre". Salí
corriendo y me perdí en la calle Ilave.
Yo, esa tarde, me encontré con mi amigo Leonidas,
quien me tomó del brazo y me dijo: "acompáñame a la catedral tengo que
pagar los derechos de una misa para el día de mañana que es el onomástico de mi
finada madre. Yo siempre recuerdo a mis familiares muertos con una misa en su
día". Muy gustoso acompañé a mi amigo Leonidas hasta la Sacristía de la
catedral donde se encontraba el padre Lorenzo. Después de cancelar los derechos
de la misa nos quedamos a conversar con el padre. En ese momento ingresó
apresurado un hombre con cara de loco y suplicó al padre que lo proteja, que lo
salve, porque el diablo lo persigue. El padre lo hizo escapar por la puerta de
la sacristía que da a la calle Deústua y le dijo: "escapa por acá, hijo,
antes que el diablo te agarre". Los tres miramos al perseguido, quien se
perdió en la calle Ilave.
Yo quedé intrigado pensando en el diablo con su cara
llena de sapos y culebras, con sus ojos desorbitados y sus siete mil cachos,
con su capa llena de pedrerías y bordados de dragones y serpientes. Leonidas me
dijo: "vamos a ver al diablo. Debe estar en la puerta esperando con su
máscara en la mano, como un trofeo, o se lo habrá puesto en la cabeza como
casco". Nos despedimos del padre Lorenzo y salimos de la catedral. En la
puerta sólo encontramos a un policía, con su revólver en el cinto y su canana
lleno de balas. Tenía la cara alegre como la de un niño a quien su padre le
había comprado un juguete.
Cuento Inédito
1 comentarios:
GENIAL!